Estos días no consigo salir de mi asombro con las noticias sobre la renuncia del gobierno socialista del Ayuntamiento de Avilés a acoger los archivos históricos de Ensidesa y dejar que se vayan a Oviedo.
La historia reciente de Avilés no puede comprenderse sin Ensidesa para bien y para mal. La que era una pequeña villa marinera con un medio rural y algunas pequeñas industrias locales se transformó en lo que es hoy en día debido a Ensidesa.
El desarollo económico, urbano, demográfico e industrial de Avilés y comarca se debe a una única razón: Ensidesa. Ninguna otra industria de la comarca, multinacional o no, hubiera logrado jamás multiplicar la población local o conseguir el nivel de inversiónes logrado más que Ensidesa.
Avilés rezuma el espíritu de Ensidesa por cada una de sus esquinas. No sólo se trata del suelo industrial ocupado. Se trata de las barriadas creadas para albergar a sus trabajadores,como La Luz y Llaranes. Se trata del aluvión de inmigrantes nacionales llegados de todos los puntos de Asturias y España para poner en pie la propia Ensidesa. Se trata de la escuela de aprendizes creada y todos los profesionales allí formados. Se trata del gran economato de Ensidesa cuando no existían los centros comerciales. Se trata del gran accidente ocurrido en los años setenta y sus víctimas, y todas aquellas que a lo largo de los años han fallecido en esta industria siderúrgica. Se trata de la industria de montajes que hoy en día sigue dando trabajo a un sector de la población avilesina, aquí, en el resto de España e incluso más allá de nuestras fronteras.
También se trata de la parte negativa. De los años de polución, de la reconversión industrial salvaje, de la picaresca y vicios creados en la industria pública y en definitiva del auge y declive de Avilés como centro industrial.
Corren tiempos en los que parece que Avilés quiere dar la espalda a su herencia industrial en beneficio de centros culturales indefinidos e iniciativas disparatadas encarnadas, una vez más, en Román Alvarez, probablemente el peor concejal de cultura y el peor político que ha tenido esta villa.
Avilés es uno de esos sitios que no cuenta con ningún museo municipal ni estatal, sólo posee un pequeño museo privado, ¿habría algún lugar mejor para hacer un museo-archivo de Aviles-Ensidesa que la propia villa de Avilés? Nada nos recuerda la época en la que Ensidesa daba trabajo a miles de trabajadores, ni una triste exposición fotográfica. Yo, por el contrario, recuerdo mis tiempos de colegial en los que cuando el profesor nos preguntaba a que se dedicaban nuestros padres, dos de cada tres contestaban "trabaja en Ensidesa".
Todos esos obreros han escrito la historia de Avilés y su siderurgia; todos ellos son los padres de mi generación. La generación que con su esfuerzo nos permitió convertirnos a nosotros (y muchos miembros del actual gobierno socialista de Avilés)en médicos, economistas, abogados o ingenieros. Ensidesa permitió a nuestros padres darnos todo lo que ellos no habían podido tener.
Es la historia de los trabajadores de Avilés y obreros de Ensidesa, que ahora se han visto olvidados y ninguneados por un partido político que se llama a sí mismo "obrero español".
Días tristes sin duda.
Stilico