Una profunda renovación del sistema legal español puede, para sorpresa de muchos, ganar unas elecciones generales. Algo que deberían considerar los candidatos ante lo que parece inevitable, unas nuevas elecciones generales.
La gente de la calle no es tan tonta ni tan conformista como uno cree, confieso que yo a veces pierdo la esperanza pero hay vida más allá del populismo. El sistema legal español y concretamente sus leyes sencillamente apesta.
Inquilinos que no pagan y contra los que no se puede hacer nada sin invertir una pequeña fortuna en juicios, reyertas de bandas en Oviedo con secuestro de una menor por el medio y que verán como acaban todos impunes (creo recordar que algunos estados de EEUU el secuestro de una menor se condena con cadena perpetua no negociable), desfalcos, robos y demás corrupción donde básicamente no pasa nada ni se devuelve el dinero ni nada, cientos de aforados intocables, terroristas con delitos de sangre en libertad en pocos años (algunos desempeñando cargos públicos) y una de las que más me duelen, prescripción del asesinato a los 15 años. O sea, que si consigues escabullirte 15 años ya no importa el muerto. Para su información hay delitos económicos que no prescriben, si, como lo oyen. Y condenas por piratería de películas más altas que por tráfico de seres humanos o por pederastia.
Este panorama unido al mal funcionamiento del sistema judicial en sí y la corrupción manifiesta que sufre, no olvidemos las filtraciones de los secretos de sumarios, la desaparición de expedientes clave, el borrado de datos de investigaciones y demás que sólo pueden hacerse desde dentro por sus características, no dejan indiferentes a los ciudadanos sabedores de que poco pueden confiar a nuestro sistema judicial por miedo a salir de él ajusticiados en lugar de con justicia.
Cierto que para cambiar algunas de estas cosas habría que modificar la Constitución ¿y qué más da digo yo? Otros llevan años queriendo cambiarla por intereses personales y políticos, la Constitución no es inamovible, las cosas siempre se pueden mejorar, la clave está en hacerlo con la voluntad y visión adecuada.
Un partido con auténtica voluntad de servicio ciudadano pensaría en una reforma profunda del sistema y de unas leyes desfasadas e inoperantes. Se sorprenderían de lo receptivos que serían muchos ciudadanos.
Mucho pedir me temo.