El nacionalismo catalán lleva por ahí ya casi un siglo pero su mayor auge parece haber sido en los últimos 10 años, y ZP ha tenido mucho que ver con ello. En un intento de ganar votos a los nacionalistas, especialmente a la izquierda como ERC, ZP decidió ocupar parte de su espacio electoral radicalizando el PSOE de Cataluña hasta convertirlo en otro partido nacionalista de facto.
La estrategia funcionó a corto plazo pero también generó una onda sísmica cuyos efectos sólo son percibidos por el público años después. Al volverse el PSC tan nacionalista como el que más hizo parecer menos nacionalistas a otros partidos como Convergencia. La reacción por parte de estos no podía ser más previsible, radicalizarse aún más para no parecer menos ante un partido supuestamente español y españolista. Todo esto sólo ha provocado una escalada de las posiciones nacionalistas que ha sumido a la propia Convergencia en una espiral de la que no pueden salir sin una crisis que muy probablemente acabe por romper el propio partido.
Artur Mas creía poder controlar la situación pero a medida que radicalizaba su discurso nacionalista las opciones que le quedaban eran menos, al fin y al cabo el nacionalismo de cualquier lugar tiene un objetivo final que es independencia, y le ha llevado a la única pregunta que siempre ha planeado sobre todo el asunto, ¿independencia si o no?. Ahora que se cumplen 100 años del inicio de la I Guerra Mundial no puedo sino ver cierto paralelismo con la dinámica que llevo a la guerra, una vez las naciones se movilizaron y pusieron en marcha sus planes militares nadie pareció capaz de para la maquinaria. Artur Mas y Convergencia parecen maquinistas en un tren que no pueden controlar y las consecuencias una vez llegue al final de la línea pueden ser devastadoras sobre todo para ellos mismos.
Al PSC no le ha ido mejor y pasados los éxitos electorales ahora se encuentran con un partido polarizado, los que abogan por la vía nacionalista y los que prefieren el enfoque nacional o partido español. Recuerdo a Carmen Chacón espoleando los afanes nacionalistas del PSC cuando era chica ZP para hace poco, ya convertida en un juguete roto y con la crisis en el PSC abierta, llamar a la disciplina de Madrid y recordar que en el PSOE, y por extensión el PSC, eran españoles.
Yo he de confesar que nunca he entendido los planteamientos federales del PSOE ya que tradicionalmente los estados socialistas y su filosofía abogan por estados muy centralizados al igual que los comunistas pero y se sabe que España es diferente. El caso es que el problema está servido y sospecho que el PSC puede acabar escindiéndose en dos partidos. El tiempo lo dirá.
ZP sembró el viento, veremos que tempestad nos toca recoger.