El pasado sábado a las 7 de la tarde Avilés y sus tiendas estaban prácticamente vacíos. Navidad cercana y apenas hay vida en nuestra ciudad. El tema no es baladí porque da una idea de hasta que punto la ciudad ha entrado en franca decadencia económica y social.
Lejos quedan los días en los que las calles eran un hervidero de gente y los fines de semana eran animados.