Hace ya bastantes años Camilo José Cela dijo en un programa de televisión que los asturianos eran parientes de las gallinas. Yo, que por entonces era un niño, me sentí muy ofendido a pesar de que el bueno de Cela tenía buenas razones para hacer semejante afirmación. En efecto, por aquel entonces Cela hacía alusión a la indiferencia en la que la sociedad asturiana había caído dejando de lado el trabajo, la combatibilidad y el esfuerzo que siempre la había caracterizado. Ahora, años después y con mucha más experiencia a mis espaldas no puedo estar más de acuerdo con don Camilo.
Llevo años creyendo que la mayor parte de la culpa de la situación del país se debía a la pobre gestión de los políticos. Ahora descubro que en realidad el problema son los ciudadanos. Las recientes elecciones en Andalucía han confirmado que un sector de la gente en España no quiere trabajar ni hacer ningún esfuerzo y prefiere acogerse a la vida a base de subvenciones. Las urnas han dejado claro que no al esfuerzo y al trabajo y si a lossubsidios y a la vida fácil. Es mejor cobrar un poco y vivir sin trabajar que trabajar ganar más. Los resultados nopueden ser más claros, un sector de la población española no quiere trabajar sino vivir bajo mínimos con el mínimo esfuerzo.
Esta
es la única explicación que existe para que los escándalos de corrupción destapados sólo unas semanasantes de las elecciones hayan sido ignorados. España no puede estar más polarizada entre aquellos que día a día luchan por sacarla adelante y aquellos que prefieren vivir a costa de otros.
Pero así es la democracia y al final sólo cuenta el ganador. Lo cierto es que a la vuelta de unos meses nodeberiamos tolerar quejas de ningún tipo en ninguna de las dos comunidades autónomas. Si las cosas van mal tendrán lo que votaron y no deben gritar pidiendo ayuda a aquellos a quienes dieron la espalda.